lunes, 10 de agosto de 2015

El aborto.

Muchos países en el mundo están debatiendo hoy acerca de la interrupción del embarazo en la mujer, proyectos de ley, con carácter  de urgencia, están siendo enviados desde el ejecutivo al poder legislativo para su tramitación, con el fin de despenalizar el aborto, basándose en argumentos poco
claros, usando la figura terapéutica para ganar adeptos en la población, y para darle al asesinato del llamado Feto, una salida legal, no imputable, y bajo el amparo de la ley.
Ellos ponen de relieve al menos cuatro aspectos:
1.- Una malformación genética  en el feto.    
2,- Un  problema de salud en el feto con carácter de irreversible.
3.-Riesgo de vida para la madre, causado por el embarazo.
4.-Por acto de violación contra la mujer.
 Al reflexionar sobre este tema,no puedo más que quedar atónito, me da la impresión de que quienes han levantado su voz para exigir este acto de terminar una vida en vías de desarrollo, no tienen del todo claro que estamos viviendo en un mundo imperfecto, en medio de sociedades imperfectas que se creen con la capacidad de decidir quién vive y quién muere.
Hoy, hay mujeres que dicen tener del derecho de interrumpir su embarazo cuando ellas lo decidan, aduciendo que son dueñas de su propia vida, y dueñas también de la vida, que esta latiendo en su vientre.
 Nada es más alejado de la realidad, puesto que absolutamente nadie es dueño de su vida, la vida humana, simplemente es prestada, esa energía capaz de mover nuestro cuerpo y de expresarse a través de él manteniendo activos nuestros órganos y nuestros sentidos no nos pertenece, jamás nos, perteneció, pues esta sujeta al creador, Dios, el cual nos la puede pedir cuando él y solamente él quiera.
Mirado del lado de la victima, un ser humano desde la concepción, el drama es aún  mayor, un hombrecito, o mujercita en miniatura recibiendo de su madre, las cargas negativas, sentimientos, lágrimas, palabras sucias y maldiciones, haciendo cargos contra ellos de los cuales no tienen responsabilidad alguna, en lugar de una bienvenida, les hacen saber que su presencia es un estorbo al punto de ver su vida en peligro.
Ellos ven el rostro de la muerte, la ven acercarse implacable con la hoz en la mano dispuesta a cercenar sus diminutos cuerpecitos.
 Su propia madre, la que por naturaleza debe amarle, cuidarlo y protegerlo, se ha vuelto su enemiga,
 Ella cual emperador romano, pondrá el dedo pulgar de su mano hacia abajo y dictará la sentencia de muerte sobre su indefenso hijo, y el doctor que un día juro por la vida, como un gladiador asestará el golpe que eliminará la vida, el desgarrador grito de auxilio de la victima se perderá, sus gritos de dolor nunca serán atendidos, morirá, aterrorizado, ha pagado con su vida los desaciertos de otros,  su sangre derramada clamará a Dios desde el vientre del desamor.
 Los asesinos de aquellos que no tienen oportunidad para defenderse, que no tienen a nadie que levante su voz para defenderlos, tendrán que enfrentar tarde o temprano a Dios el Juez Justo, y con seguridad recibirán un duro castigo.
y aunque mientras vivan parezcan personas, sanas de cuerpo, su alma se sienta dichosa, Jamás podrán a optar por una buena salud espíritual.







































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