viernes, 29 de julio de 2011

la conciencia II


Me llama mucho la atención el poco conocimiento que tenemos de nuestro espíritu y de las funciones que tiene, conocemos nuestro cuerpo y sus capacidades, y en cierta medida también nuestra alma, aunque no en su totalidad, sin embargo de nuestro espíritu sabemos poco o nada.
Por eso digo que es imposible tener una buena salud espiritual, si no atendemos al espíritu.
Cuando hablamos de una buena salud del cuerpo, es cuando ponemos nuestro cuerpo bajo ciertos patrones de alimentación, con dietas equilibradas, ejercicios para tonificar músculos, calcio para los huesos, y dedicación especial para cada uno de los órganos importantes que nos componen.
El caso del alma, aunque es un tanto más complejo, siempre estamos buscando el equilbrio entre la razón y la emosión y la voluntad.
Más cuando se trata del espíritu, no sabemos que hacer, he leído una serie de artículos que pretenden hablar del espíritu humano, pero en la gran mayoría no hay fundamentos, no dudo de la buena voluntad para intentar ir en ayuda de aquellos que sienten estar espiritualmente enfermos, pero al desconocer la vida del espíritu caen en otra área y entran de lleno en los conflictos del alma.
Quiero volver a retomar las propiedades del espíritu, que son:
a.- Intuición.
b.- Comunión.
c .-Conciencia.
Cada una de ellas tiene que ver exclusivamente con la relación que tiene la persona humana con Dios.
Por medio de la intuición Dios comunica a la persona su voluntad, y también la revelación de las cosas divinas.
La comunión es la comunicación que se puede llegar a tener con Dios, mediante la oración.
Y la conciencia es el organo regulador de la ley moral que Dios puso dentro de nosotros.
Este órgano importante del espíritu, es el fiscal que nos acusa de nuestros actos pecaminosos y su función es hacernos entender que hemos hecho una gran ofensa ofensa a Dios al pecar contra Él, y está continuamente llamandonos al arrepentimiento de dicha acción o acciones.
Al entender que hemos fallado delante de Dios podemos ir al arrepentimiento verdadero, una vez que esa acción se realiza Dios perdona la falta y la conciencia queda tranquila.
Cuando no conocemos esta forma de salir del dedo acusatorio de la conciencia, generalmente se cae en cosas que en nada ayudan, al contrario al equivocar el camino se agravara más el problema, entonces al agravarse más, la aflicción le viene al alma, y es allí donde se puede generar una batalla entre la razón y los sentimientos, generalmente la gente confunde ese conflicto del alma con conflictos del espíritu.
Y en busca de ayuda llegan a tocar puertas que jamás debían tocar, las puertas de adivinos y ocultistas, que desconocen todo acerca del espíritu, pero que hablan de él como si fueran maestros.
En esas condiciones la salud de su espíritu se malogrará mas aun, pues, al visitar a personas que desconocen lo que es el espíritu agrega un pecado contra Dios.
Deseo transmitirles esto el espíritu humano por los pecados cometidos irremediamente muere, queda inactivo delante de Dios, fue creado para tener comunicación con Dios, y el pecado corta esa comunicación, por eso la "Conciencia" esta allí para llamarte al arrepentimiento.
Cuando una persona se arrepiente no se puede arrepentir delante de un hombre o de una mujer según sea el caso, hay que arrepentirse delante de Dios.
Esto sucedera cuando te arrepientas, Ezequiel 36:25-26, dice: Esparciré sobre vosotros agua limpia , y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias (pecados); y de todos vuestros ídolos os limpiaré, 26.- Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros. Estos versos tienen una profundidad abismante, quiere decir que Dios le da un espíritu nuevo a la persona ya que el espíritu que tenía estaba muerto en delitos y pecados, así que Dios no funciona solucionando el problema momentaneamente , sino lo soluciona para siempre, una vez que eso ocurre entonces podemos hablar de que la persona que se ha arrepentido delante de Dios tiene un espíritu saludable.
La forma de hacerlo es simple, debes revisar tu corazón, la conciencia te dirá exactamente de que tienes que arrepentirte aunque con el tiempo lo hayas olvidado o hayas decidido sepultarlo para siempre. La formula es decirle a Dios que esos pecados que tu cometiste ya Cristo los pago por ti en la cruz, y que tu estás arrepentido hasta lo sumo, y que entregas tu vida a Cristo para que sea tu Señor y Salvador, en ese momento el poder del Espíritu Santo vendrá sobre ti y Dios pondrá un espíritu nuevo para ti.
Junto a este paso también ocurrira un milagro tu alma que había estado en aflicción recibirá paz, y vida en abundancia, vida de la buena, vida eterna.