miércoles, 22 de julio de 2009

El espíritu humano III


En el artículo “el espíritu humano II” vimos algunas propiedades del espíritu a).-inteligencia, b).-lugar donde reside, c).-la propiedad de tomar para sí el porte y la apariencia del cuerpo humano que lo posee, d).- y la identidad del alma humana.
Si se desligara el espíritu humano momentáneamente del alma y del cuerpo y se pudiera ver, le veríamos con la figura de la persona a la cual pertenece y reconoceríamos también en él su personalidad.
Sin embargo hay un tremendo enigma en la capacidad de espacio que tiene el espíritu dentro del cuerpo para desenvolverse, se sabe que está en la parte más profunda del ser, un sector altamente vinculado a la región espiritual, donde Dios puede contactarse, manifestarse, revelarse y comunicarse con su creación, para eso fue dado el espíritu, ese fue el propósito.
Adán y Eva los primeros padres de la humanidad gozaron el privilegio de tener contacto con Dios su creador, se reunían con Él en el huerto del edén, y Dios fue su mentor por mucho tiempo, hasta que puso a prueba la lealtad del hombre, génesis 2:17, al mandarle no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal, advirtiendo a ellos que si comían de aquel árbol morirían. La primera muerte que experimentaron fue la de su espíritu, después experimentarían la separación del alma y el cuerpo dando paso a la muerte física y a la degradación total de su cuerpo.
Lo que hirió de muerte al espíritu humano fue el pecado contra Dios, el no hacer caso de su mandamiento produjo una herida tan profunda que alcanzó al espíritu y lo aniquiló.
Así la raza humana recibió como herencia el pecado, y el espíritu de cada persona alcanzará a vivir lo suficiente hasta que la acumulación de delitos y pecados lo alcance debilitándolo hasta la aniquilación total.
Es posible que usted se este preguntando ¿puede el hombre vivir solo con alma y cuerpo? la respuesta debe ser; sí, puede.
En el nuevo testamento el apóstol Pablo escribe a los cristianos de la localidad de Éfeso, personas que han experimentado el nuevo nacimiento (el nacimiento espiritual), hablándoles de la siguiente forma: Efesios 2:1 dice “y Él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados”, claramente se esta refiriendo a la muerte del espíritu de los humanos no regenerados, el resultado de esto es la degradación del alma que esta sumida en injusticia e inmoralidad.
De manera tal que en esas condiciones es imposible buscar a Dios para comunicarse con El, el problema aquí está en el espíritu, que es el “vehículo” que Dios nos proporcionó para entrar a su presencia, para acceder a la dimensión espiritual, ya que en condición de muerte ¡no se puede usar, porque está incapacitado! Sin actividad, la vida del espíritu fue cortada, el espacio que el espíritu humano ocupaba está desierto, entonces está apto para ser invadido por otros espíritus ajenos a la persona y que en definitiva son espíritus enemigos de Dios, los cuales pueden tomar posesión de ese lugar, y también apoderarse por la fuerza de los órganos del alma, invadiendo en algunos casos:
a) la mente, causando trastornos.
b) la fuente de las emociones, desde donde se experimentará odio, rencor, envidia, y muchas otros sentimientos afines.
c) la voluntad, la cual pierde su libertad y queda sometida a los espíritus invasores.
Contaminadas las dos partes invisibles de nuestro ser, alma y espíritu, también puede ser contaminado nuestro cuerpo, con una infinidad de enfermedades, causadas por los espíritus invasores.
Nota: es necesario que haga este comentario; en los artículos escritos y los que escribiré a futuro, usaré los términos invasores y contaminarse.
1.- “Invasores”, para designar la entrada de un o varios espíritus sin el consentimiento de la persona, ejemplo; un espíritu de “odio” que entra en una persona que ha sido sometida a tortura.
2.-“Contaminarse”, para designar la entrada de un o varios espíritus con el consentimiento de la persona, que aunque ignorante de esto participa voluntariamente de una sesión de espiritismo, o se presta para que le lean el Tarot y cualquier ciencia del ocultismo, como magia negra, blanca, etc. Y además se puede contaminar por medio de deseos inmorales contrario a los mandamientos de Dios.

domingo, 12 de julio de 2009

El espíritu humano II


El espíritu humano II
En el artículo anterior “el espíritu humano I” vimos cómo estamos constituidos los seres humanos. Hoy vamos a seguir entrando en materia, para hablar acerca del espíritu humano.
La Biblia dice en génesis 2:7 que Dios sopló aliento de vida sobre el cuerpo que había formado del barro, ese soplo de Dios o aliento de vida, es aquel que impregna de vida cada una de las moléculas que conforman el cuerpo humano, vivificando una serie de sistemas complejos como: sistema óseo y muscular, excretor, respiratorio, reproductor, digestivo, tegumentario, cardiovascular, y sistema nerviosos central y hormonal , que es el sistema que regula a todos los demás, es así como se conforma un alma viviente, que es la unión íntima entre el alma y el cuerpo.
En el capítulo anterior vimos cómo el alma esta conformada y cuales eran sus principales partes, enumeramos tres: Intelecto, emoción y voluntad, esa tres partes específicas son nuestro “yo”, el ser que piensa, siente, y decide, “una entidad inteligente” capaz de desarrollar sus propios programas y comunicarlos a través del cuerpo.
Pero el soplo de Dios no solo aportó la vivificación de la materia sino que además aportó un órgano especial divino, llamado espíritu, o llamado comúnmente el “espíritu humano”. Este espíritu humano es invisible y es el nexo que Dios creó para que el hombre pudiera comunicarse con Él. Es preciso que usted sepa que ningún otro ser vivo de la creación de Dios tiene espíritu, solo le fue dado como un don al hombre, y la “Escritura santa” nos da una mayor revelación al respecto. En el libro de Job 38:36 Dios mismo le está diciendo a Job, que Él puso sabiduría en el corazón del hombre y también le dio al espíritu inteligencia, de manera tal que aquí tenemos una tremenda revelación, que salta a la vista cuando vemos la inteligencia del ser humano y la sabiduría de este. El espíritu que Dios nos ha entregado es el que hace la diferencia con los demás seres vivos que el creador ha puesto cerca nuestro.
El resultado es que somos inteligentes porque el espíritu es inteligente y está dentro de nosotros, es la instancia superior de nuestro ser, puesto que el espíritu humano, sumado al alma humana y al cuerpo humano conforman un solo ser; el espíritu pasa a ser una parte integral de nosotros mismos y se amalgama de tal manera que llega a confundirse con el alma. El espacio que ocupa es el interior, el apóstol Pablo le llama al espíritu humano “el hombre interior”, al alma le llama “el hombre exterior” y al cuerpo le llama “el hombre de más afuera”. La capacidad de espacio se desconoce y es difícil de dimensionar, pero normalmente toma las dimensiones del cuerpo físico y también su identidad, en otras palabras si nuestro espíritu fuera visto, se nos reconocería de inmediato.
En los próximos artículos conoceremos un poco más acerca de la función del espíritu humano, y también cómo es posible, que nuestro ser pueda ser contaminado e invadido por otros espíritus.

viernes, 3 de julio de 2009

El espíritu humano I


Amigo lector: hoy vamos a hablar del espíritu humano, aún cuando es un tema poco escudriñado, un tema desconocido por la mayoría de las personas, que saben que tienen un espíritu, pero desconocen cómo es en realidad. Hay una vaga idea de lo que es el espíritu y generalmente lo confunden con el alma, imputando al espíritu los problemas del alma.
Aún así es necesario decir que la salud espiritual está en directa relación con el alma.
Es de vital importancia preguntarnos ¿cómo estamos constituidos los seres humanos? ¿Qué nos hace ser lo que somos?
Somos un universo, cada uno de nosotros, corona de la creación de Dios, por tanto no somos simples, sino altamente complejos, de una perfección acabada en lo que a creación se refiere y a la vez imperfectos al accionar como individuos.
Estamos constituidos de tres partes fundamentales. Estas tres partes son, desde adentro hacia afuera: espíritu, alma, y cuerpo.
El centro es el “alma”, es nuestra esencia, nuestra personalidad, lo que somos realmente, nuestro “yo”. Estamos en medio del espíritu y el cuerpo con un propósito, para tener acceso a dos dimensiones totalmente opuestas entre sí, a la dimensión espiritual a la cual se puede acceder solo a traves de nuestro espíritu, y a la dimensión tangible, a la que accedemos mediante nuestro cuerpo físico sensorial.
Dios nos dotó con espíritu para que pudieramos comunicarnos con Él, y este espíritu está constituido a la vez por tres partes importantes (aunque tiene otras funciones), estas tres partes importantes son :
a.-La comunión, órgano por el cual podemos relacionarnos con Dios .
b.- La intuición, órgano por el cual Dios puede entregarnos revelación.
c.- Y la Conciencia, el fiscal que nos acusa cuando cometemos un pecado en contra de Dios.
En la dimensión física, nuestro cuerpo ha sido dotado de sensores extraordinarios, que son:
vista, gusto, oído, tacto, y olfato.
Mientras nosotros mismos, o sea el alma, a quién llamaré “el residente”, funciona también con tres partes principales que son:
a) el intelecto, que es la fuente donde se origina el pensamiento y la razón.
b) Las emociones, que es la fuente donde se originan los sentimientos, tanto positivos como negativos, ejemplo de positivos amor, felicidad, y de negativos rencor, odio y tristeza y por supuestos muchos más casi imposibles de detallar.
c) La voluntad, fuente de las decisiones , opciones, y elecciones.
Así somos en realidad ¿Cómo hemos llegado a entender esto? Por medio de la palabra de Dios que nos instruye respecto a la creación del hombre, génesis 2:7 dice así "Entonces Jehová Dios, formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente", allí tenemos dos aspectos, el alma y el cuerpo.
Job 32:8 dice "ciertamente espíritu hay en el hombre, y el soplo del omnipotente le hace que entienda".
Es cierto que conocemos nuestro cuerpo, pues le podemos ver, le podemos sentir, le podemos palpar y tal vez conozcamos un poco de nuestra alma. Pero de nuestro espíritu conocemos muy poco. Hoy pido a mi Dios me dirija respecto a esto en los próximos artículos y os llene de revelación, para que así puedas llegar a conocerte y entender de dónde nacen tus aflicciones.